El niño del abrigo naranja es un poco autista. O introvertido, vete tu a saber. Siempre oculta media cara bajo su bufanda, parapetado tras sus gafas por las que ve su propio mundo. Ese mundo (el suyo) acaba de cambiar radicalmente tras una mudanza nueva.
Y ya sabemos que a los autistas (si es que es autista, que lo diga su médico) los cambios les gustan poco; y su mundo ahora se vuelve cada vez más fantástico y terrorífico.
Cuento de terror post-victoriano urbano (jejejeje, siempre escuché que es mejor etiquetar un género nuevo, vaya estupided), o ejercicio de creación mecánica para ver hacia donde me va llevando esta historia. Ya veremos...
7 comentarios:
Brutales!!!
A ver si la historia te lleva a buen puerto.
ME FLIPA Bruno. Ese humo tatuado en las escaleras.. Y Qué decir de las luces de la escalera. Brutal. Como se te ocurra tirar la toalla te doy una colleja que ves las estrellas, pequeño.
Que voy a tirar la toalla? hace falta mucho para doblegar a este espartano del dibujo (espartano...hay que ver cuanta tontería, los espartanos sobrevivían con poco, no?)
muy guapo, las composiciones y el rollo estan brutales....!
TRemendo chaval!!!
JAVI
Me parecen acojonantes!
Los dibujos del humo son excelentes.
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